No comprobar con documentos tu currículum. A veces los programas de mano no son suficientes, busca que te hagan constancias firmadas y membretadas.
No conocer el lugar donde te vas a presentar. Lo que hacen, cómo lo hacen, cuál es su filosofía musical. Todo esto te ayudará a prepararte mejor.
No tener una idea musical firme. Es ideal tener una posición justificable de cómo interpretas la música
No tener claro tu interés. Si tu interés es agradar, impresionar o quedarte con el trabajo como de lugar podría jugarte en contra.
Justificar. Si algún papel faltó y echas culpa a la burocracia (aunque sea cierto) es mejor tomar responsabilidad sobre el asunto y actuar con lo que hay.
No leer bien los requisitos. El empleador se dará cuenta de qué tan preparado estás.
Deshonestidad. Si por ejemplo se te pasó ver un extracto y lo quieres tocar a primera vista lo mejor es que saltes al siguiente. Siempre es mejor ser honesto que fingir algo que no eres.
Mal actitud durante el proceso. La madurez se demuestra arriba y debajo del escenario
Arrogancia. Creer estar sobrecalificado para el lugar.
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