La nueva madre necesita #ceder un poco de espacio. Tiene que admitir que hay más de una forma de #sostener a un niño. Si no le gusta cómo lo hace su marido, debe recordar que también es hijo de él, y que el niño se beneficiará de la #experiencia de contar con dos estilos de cuidados. Algunos baños en agua un poco fría es un precio pequeño para un niño —y para un #matrimonio— a cambio del creciente compromiso del padre con la familia. Si la madre siente que los métodos de su esposo son realmente poco seguros, debería dirigirle a su #pediatra o recomendarle algún manual sobre el tema.
A veces una nueva madre pretende saberlo todo sobre los cuidados del niño. Aunque tal vez #admita que deberían compartir estos cuidados, lo cierto es que se adjudica el papel de #supervisora y dirige constantemente al nuevo padre e incluso le regaña si no hace las cosas exactamente como ella quiere: «No lo #sostengas así», «Todavía no ha terminado de #eructar», «El agua del baño está demasiado fría». Ante esta andanada, muchos hombres prefieren retirarse y aceptar su propia #incompetencia. El triste resultado es que cada vez hacen menos, y por tanto cada vez se sienten menos seguros en el cuidado de su propio hijo. Es inevitable que se sientan #excluidos.Matrimonio y #familia no son puntos diametralmente opuestos, sino todo lo #contrario. Sí, la pareja debería alejarse del niño de vez en cuando, pero si están realizando bien la #transición los dos juntos, verán que no pueden ni quieren dejar de hablar del #niño. Tal vez no consigan siquiera terminar esa primera cena fuera sin llamar a casa por lo menos dos veces
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