jueves, 29 de agosto de 2019

EL DIRECTOR VS EL MÚSICO DE ORQUESTA


ENSAYO PARA ACREDITAR LA UNIDAD I DE LA MATERIA DE LIDERAZGO DEL DOCTORADO EN DIRECCIÓN

El trabajo de un líder es influir e inspirar a las personas para el logro de objetivos. Un director de orquesta cual líder se basa en el conocimiento musical, técnica y otras habilidades humanas para liderar a los mús
icos a quienes según el maestro Fernando Ávila Navarro debe tratar como colegas.
El director de orquesta es un líder fundamentalmente autócrata pues es la única persona que está allí para proponer (no imponer) una idea musical sobre la obra que se está ejecutando.
Mauricio Weintraub en su libro Música y Emociones (2014) define la actividad del director de orquesta como eso, una relación unidireccional compatible con el músico y su instrumento. El director es pues el músico y los músicos de la orquesta son “su” instrumento. Fernando Lozano en su libro “La mano izquierda” habla también sobre que el director no puede ser un líder democrático pues sería imposible consensuar
las ideas de por lo menos cincuenta músicos en un ensayo de orquesta. Quiérase o no el director es el que tiene la responsabilidad de la interpretación musical que se trabaja en los ensayos. Esto hace que muchos músicos se frustren. En un curso de dirección el maestro Ronald Zollman, quien fue por muchos años director de la Orquesta Filarmónica de la UNAM dijo que el director es la “batería” de la orquesta, de donde emana la energía para inspirar, pero para que esa energía fluya el músico debe entrar al ensayo con sus ideas sobre la obra puestas en pausa y confiar en el director. Es por ello que el trabajo de la persona que está frente a los músicos es muy importante y es por ello también la razón de la frustración de muchos músicos de orquesta. Al pensar que lo harían mejor, o que su interpretación musical sería más válida o incluso, cuando a veces el que está enfrente no está proponiendo nada el músico empieza a hacer gala de todas sus maneras (sanas e insanas) de frustrarse. En ese sentido el maestro Weintraub propone que un músico de orquesta debe tener proyectos fuera que le permitan expandir y desarrollar su creatividad, cosa que no puede hacer en un modelo autocrático como es el ensayo de orquesta.
La comunicación del director es importante, y la más prioritaria: la comunicación no verbal, como decía el maestro Ávila, músico que no toca, platica. Esencialmente el director está allí para ayudar a los músicos
a empezar y terminar juntos, una vez logrado eso se espera que influya de una manera positiva y musical. El director podría no ser un líder en toda la extensión de la palabra pero si con su presencia influye positivamente se convierte en una pieza fundamental del trabajo musical.
La influencia del director actual rebasa la sala de ensayo, al menos en mi contexto que son las orquestas Mexicanas el director influye en la organización entera, desde el personal para acomodar sillas y atriles, personal de apoyo administrativo hasta la comunidad de la que es parte la orquesta.
Un director tiene que tomar decisiones, algunas con mucho tiempo de anticipación y otras al momento, pues la música al igual que el teatro es una arte viva, es decir, se vive en presente. Se pueden prever problemas y priorizarlos pero es más importante educar el oído para escuchar lo que realmente está pasando. Tener las posibles causas de los problemas que aquejan a un director de orquesta y todo el conocimiento que sea posible hará del trabajo una mejor experiencia.
La retroalimentación es vital, si bien los músicos hacen retroalimentación durante el ensayo (con gestos o miradas de aprobación o desaprobación hasta halagos o faltas de respeto) es importante hacer una buena evaluación de cada ensayo y concierto. Al final establecer soluciones a los problemas que se consideren necesarios.
El director debe tener una visión y visión del conjunto por pequeño que sea, conocer el contexto, ver las debilidades y amenazas musicales y extra musicales. En mi experiencia las segundas son las más difíciles de prever. Ante la crisis lo más importante es fluir con ella y saber cómo resolver.
BIBLIOGRAFÍA
Lozano F. (2007) La mano izquierda. Porrúa, México.
Weintraub M. (2014) Música y emociones. Aleph Editores. Buenos Aires, Argentina.

No hay comentarios:

Publicar un comentario