Todos los
músicos en algún momento del proceso (o tal vez siempre) nos hemos sentimos
insuficientes, necesitamos una revolución. Necesitamos recuperar el sentido de la belleza interior y la bondad como seres humanos. Regularmente escucho a varios colegas decir que tienen que superar cierto estándar o incluso a ellos mismos. Músico: no
tienes que superarte ni a ti ni a nadie, eres suficiente. El peor defecto del músico es ignorar sus cualidades
Recordar tus
errores es la mejor manera de darte cuenta que son parte de una millonada de
aciertos. Agradece cada
nota falsa, todas ellas son semillas que te permiten estar dónde estás. Cada equivocación es un pequeño trozo de un gran recital
Tu maestro también fue alumno, imagínatel@ en su propia clase años atrás y dejarás de tomarte personal muchas cosas. Si un
demonio
es un ángel caído un ángel es un demonio que ha subido.
Como ejercicio sanador te propongo decirle a un colega un aspecto positivo (aunque sea por inbox). El mayor bien
que le puedes hacer a un colega es hacerle descubrir lo mucho que vale. Un día
alguien te felicitará tan cariñosamente, que ni te acordarás de tus errores.
Todas las
situaciones son favorables para el músico que sabe a dónde va
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