En la música, generalmente esta mucho más valorada la polaridad la fortaleza que la de la debilidad. Sin embargo todas las personas somos las dos cosas y en la medida en que podamos aceptar las dos polaridades e integrarlas podremos sentirnos libres y plenos, siendo capaces al mismo tiempo de conectar con la obra que estamos tocando íntima y profundamente. Cuando una persona cantando o tocando nos muestra su parte vulnerable es cuando nuestro corazón se abre, nos conmovemos, nos sentimos más cercanos, y surgen sentimientos de amor y lazos afectivos mucho más profundos
Una de las maneras con las que nos impedimos disfrutar del proceso de hacer música (preparación, recital y post concierto) es la exigencia por medio de la cual no estamos nunca conformes con cómo tocamos/cantamos o con cómo nos percibió el público.
La frase típica que comienza con "lo que yo debería haber...."
Como nunca es suficiente para satisfacer las ansias perfeccionistas la posibilidad de disfrutar con cualquier concierto desaparece como por arte de magia. La clave para disfrutar en este caso vendría de la disposición a considerar lo que hicimos como lo mejor posible en ese momento y empezar a buscar cómo mejorar
Acompañándote en tu camino musical
Edu
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