lunes, 2 de septiembre de 2019

EL MÚSICO PARANOICO

Baste la #sospecha -con o sin fundamento, no tiene importancia- de que tus compañeros de clase irán a tu recital a #criticarte. Ante este «hecho»,
el sentido común sugiere no fiarse de los otros. Y como, naturalmente, todo sucede detrás de un velo tenue de #disimulo, se aconseja afinar la atención y tomar en cuenta hasta los indicios más #insignificantes. Sólo hace falta esperar un poco y pronto puede uno sorprender a los otros cuchicheando y #disimulando sus risas, guiñando el ojo e intercambiando signos conspiradores en cualquier momento del proceso del recital (antes, durante, después).
La profecía se ha cumplido.
Ya no se puede comprobar más ni tiene interés alguno averiguar qué fue lo #primero: si su conducta desconfiada fue la que provocó las risas de los otros o si las risas de los otros le hicieron desconfiado.


Adaptado para músicos de El arte de amargarse la vida
Eduardo Carlos Juárez
Violinista y Psicoterapeuta Gestalt

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