
Existe el
sonido, la persona se siente atraída por la música
La persona la
reproduce divirtiéndose
Otro se da
cuenta y lo invita a estudiar en una escuela o con un maestro/a
En algunos
casos los padres devalúan “de músico te vas a morir de hambre”
El músico
empieza a interpretar para otro, ya no para sí mismo
Empieza a
introyectar creencias “Un músico debe de ser así, debe de tener tal edad, debe
de estudiar tantas horas, se debe presentar tantas veces, no debe de tener
nervios, etc…”
Empieza a
compararse con sus compañeros/as de clase más avanzados/as
Conforme va
avanzando la presión se vuelve más fuerte.
Como lo que
introyectó se convirtió en expectativa muy alta para el músico, su familia, su
maestro/a o su escuela se deprime, empieza a experimentar pánico escénico u
otro sintomatología
Acude a
terapia para sanarse
¿En cuál de
estos pasos te perdiste? Encontrando dónde nos perdimos podemos retomar el
camino resignificándolo
Edu
No hay comentarios:
Publicar un comentario