Como parte del
día de Psicoterapeuta Gestalt quiero compartirles una de las historias más
íntimas de mi vida con el propósito de crear consciencia y parar este mal que
se va repitiendo por generaciones.
Desde pequeño
estuve en el escenario ya sea cantando, recitando o simplemente en las
coreografías de graduación. Mostrarme ante las personas adultas era algo normal
y natural, no conocía el concepto de pena. A los 8 años una persona del sexo
opuesto mayor que yo me dijo que tenía curiosidad de cómo se veía mi miembro
circuncidado y me pidió que se lo mostrara. Sin pena y con ganas de complacerla
lo hice. Con el tiempo esa persona en complicidad con otra me dijeron “espero
que nos lo sigas mostrando para ver cuándo te haces púber”. Yo continuaba
haciéndolo porque se me hacía algo chistoso y además lograba el cariño de esas
dos personas. Pero crecí, me empezó a salir vello y me dio pena mostrarlo. Un
par de años más tarde ellas me dijeron, “sabemos que ya eres púber porque ya
nos quieres enseñar” comentaban riéndose.
Nunca tuve una
sensación de que hubiera sido algo malo hasta que en cuarto semestre de la
maestría en Psicoterapia Gestalt empezamos a ver el tema del abuso para
trabajarlo con los pacientes. Empezamos a ver todos los tipos y formas de
abuso. De pronto, como cuando recuerdas algo que te duele empecé a ver el
abuso. Comencé a llorar en clase y lo compartí en el grupo. Salí llorando a
terapia a trabajarlo.
El abuso por
definición es cuando un adulto toma ventaja de su edad para hacerle a un niño/a
algo que no puede comprender qué es, ya sea físico, sexual, mental o emocional.
Las formas de hacerlo pueden ser activas o pasivas. La Psique no diferencia el
abuso, se quiebra el self formando introyectos poderosos que influyen en el
comportamiento de la persona abusada. Cuando la persona se da cuenta hay una
sensación de enojo contra la persona y sobre todo tristeza por una infancia
perdida.
Trabajé mucho
mi abuso y finalmente confronté a una de las personas que lo hicieron. Le
expliqué lo que hizo, lo que me hizo sentir y que no era justo. Aquella persona
me contestó
-“pero si eras
un hombre, ¿qué tiene de malo?”
Con mucho enojo
le pregunté, “¿Y si yo te hubiera dicho que le pedí a tu hija que me enseñara
sus partes sexuales para darme cuenta cuándo se convertía en púber?, ¿qué
pensarías?”-
“no es lo mismo
respondió”
Comprendí que
no podía cambiar su forma de pensar y que mi curación era hacerle saber a la
persona que lo que hizo estuvo mal y los efectos que tuvo en mí.
Muchas personas
me preguntan por qué soy terapeuta y porqué comparto tantas cosas por aquí. La
verdad es que soy terapeuta porque me gusta acompañar a las personas a la
búsqueda de su curación interior desde mi propio dolor. Comparto mis temas con
la intención de hablar de un tema tabú y sobre todo de crear conciencia en las
personas mayores sobre los costos que puede tener un mal enfoque de la
sexualidad.
Cuando un
niño/a es abusado se forman nudos (miedos cristalizados), Narcicista (el otro
no existe), Bisexual (rechazo los géneros y la colaboración entre ellos),
sadomasoquista (voy a tener que causarme dolor en mi vida), Neurosis Social (No
encuentro mi sitio entre tanta gente indiferente.
Cuando la persona
supera su nudo puede usarlo en forma positiva, un buen artista es alguien que
sabe ocupar adecuadamente su narcisismo sabiendo que hay otro; un ser humano
que ha trascendido su nudo bisexual sabe que vive en un mundo andrógino y deja
de definir profesiones y cosas por femeninas y masculinas; no existirían los
buenos carniceros/as ni cirujanos/as sin un buen nudo sadomasoquista trabajado;
una persona con neurosis social trabajada encuentra su propio sitio y misión en
el mundo.
Al final de la
clase en donde descubrí mi abuso a los 27 años hice una pregunta desde mi
propio dolor “Maestra, con todo lo que he aprendido ¿hay alguna persona que no
haya sido abusada?” La maestra me respondió que todos de alguna forma hemos
sido abusados, mental, emocional, física o sexualmente. Es importante hablarlo
y trabajarlo en terapia, expresar ese enojo y convertirlo en algo bello.
Mi nudo
narcisista es sublimado en mis actividades artísiticas, eso me hace buen
artista, mi nudo de neurosis social me hace buen terapeuta, le encuentro
sentido a todo lo que vivo acompañando a las personas que me consultan.
Gracias amigos
por leerme y por mandarme tantos inbox y comentando las publicaciones. La
intención es siempre hacer más consciencia y parar las repeticiones. No podría
estar compartiendo esto tan abiertamente de no haberlo trabajado en compañía de
un Psicoterapeuta
Gracias a
Araceli González, Rafael Tejada, Ángeles Carrasco y Jeanette Sánchez por
acompañarme en estos 18 años de terapia.
Feliz día del Psicoterapeuta
Gestalt
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