Cuando era niño me gustaba #bailar en las fiestas, no me daba #pena y perseguía las luces de la bola de cristal que ponían en los bailes. Con el tiempo dejé de hacerlo por #miedo al rechazo.
En los días feriados o semanas del estudiante en la #secundaria nos daban las tres primeras horas de clase y después llevaban sonido para que toda la escuela bailara. Yo llevaba mi #violín y me ponía a estudiar en el salón junto con otros/as compañeros/as retraídos/as. Lo que me movía a hacer eso era mi miedo a sacar a bailar a las chicas que me gustaban.
Cuando la #YOA estuvo en Xalapa me animé a ir a un conocido lugar para sacar a bailar a todas las chicas que pude, con algunas me sentía #chaparro, con otras no muy cómodo. Buscando con quien bailar me encontré a una chica de ojos verdes y sonrisa #encantadora, con gusto aceptó mi invitación a bailar. Pensé dentro de mi "con ella me siento muy #cómodo".
Con el tiempo nos hicimos novios y luego #esposos, me tocó ir a su país y experimentar que en casi todas las fiestas de su familia (y me atrevo a decir del país) siempre se #baila. Tuve que aprender a bailar. Ana con mucha paciencia me enseñó cómo hacerlo, cómo ser respetuoso con una dama y cómo no serlo tanto con tu pareja
Bailar para mí ahora es un #deleite, es una forma de comunicación no verbal súper poderosa con la cual puedes conocer y conectar con la gente.
Hay un ítem famoso para saber si estás con la #pareja correcta: te hace feliz? Yo añadiría otro: te hace crecer?
Te amo locamente Anita
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