La resiliencia
no es una materia en el conservatorio, sólo la practicas cuando te enfrentas a
situaciones adversas. Por eso es importarte que cuando llegue una a tu vida
(recital, examen, concurso, audición, prueba) la recibas como maestra
Autocontrol.
Trabaja tu inteligencia emocional, puedes
tocar/cantar mucho pero ser un pobre
ser humano por dentro. Cuando el niño/a prodigio crece, se va el/la prodigio y
se queda el/la niño/a
Confianza.
Basa tu seguridad en la creencia de que eres capaz. Aprende a separar las ganas
de mejorar de tu exigencia. Aprende a ver de quién es la necesidad de avanzar.
Autoestima:
El adecuado amor propio, si te amas a ti sabrás ponerte límites, cuidarte y
estudiar adecuadamente. No trates de ser alguien que no eres.
Vive en el
presente. El pasado y el futuro sólo existen como herramientas para darte
cuenta. Prioriza lo que estás sintiendo más que lo que estás pensando. Muchas
de las fantasías sobre tu propio recital nunca llegan a pasan.
Orientación
al logro. Ten en cuenta que como la carrera de música es una de las más largas
que existen los objetivos siempre deben estar en contexto. Yo empecé primer
semestre creyendo que sería el próximo Paganini, ahora acompaño a músicos que
se sienten frustrados por que no son Paganini.
Flexibilidad:
reconoce y tolera las diferencias. Como músico es normal y sano asistir a los
recitales de otros colegas. Cada quien avanza a su ritmo, a veces por querer ir
más rápido avanzas más lento.
Consciencia:
equilibra tu mente, cuerpo y espíritu. Ojalá todo se tratara de sólo
tocar/cantar para obtener un título, el cual no te servirá si estás deprimido/a
o lastimado/a de alguna parte de tu cuerpo.
Compasión.
Ten mayor consciencia del dolor propio y ajeno. La música debe ayudarte a ser
mejor humano, no a ser máquina reproductora
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