Termina la
primera serie de conciertos de XX aniversario de la ORFIX. En una semana
tuvimos 4 conciertos, 3 de ellos con la Orfix Nueva Generación y 1 con la Orfix
veterana. Lo que más he aprendido en este tiempo es poner atención al proceso y
no sólo al resultado. Todo empieza desde el momento de la organización. Primero
que todo dividí la orquesta en dos,
veteranos y jóvenes con objetivos muy
claros. Los veteranos llevamos varios conciertos recaudando fondos para
financiar nuestro viaje al Caribe, gracias a la asistencia a los conciertos
estamos al 95% del total. La orfix juvenil tiene el propósito de dar espacio a
los músicos que están empezando a que tengan la experiencia de tocar en una
orquesta de manera segura, con compañerismo y motivación.
El siguiente
paso fue hacer un organigrama y reglamento para las dos orquestas, de manera
que los músicos de la orquesta joven pudieran ser invitados a la orquesta veterana
por su destacada participación y compromiso con el grupo. Se nombraron jefes de
sección y fue la primera vez que los músicos escribían para integrarse a la
orquesta. A la Orfix juvenil entró quien así lo decidió.
Ensayos,
reuniones, mensajes de whatsapp interminables, correos, justificantes, citas
con patrocinadores, apoyos logísticos, llamadas por teléfono a Chetumal,
cotizaciones de camiones, etc. Todo esto en equipo es mucho más fácil, sobre
todo cuando todos los integrantes tienen puesta la camiseta.
Ambas
orquestas empezaron a andar exitosamente. Ahora tengo el gusto de compartirles
que 5 músicos de la orfix juvenil han sido invitados a participar en la
#GiraOrfixCaribe2018 gracias a su desempeño y también que debido a que algunos
lugares más se desocuparon haremos un concurso/audición para que dos violines,
una viola, un cello y un clarinete de orfix b puedan asistir a la gira que será
del 15 al 22 de julio en Chetumal, Bacalar y la ciudad de Belice.
Es un
privilegio ser parte de este grupo, como lo dije en los conciertos estar en
frente de personas que hasta sus 20 años han pasado alrededor de ocho mil horas
estudiando es todo un reto.
El primer
concierto lo dimos en la Catra gracias al apoyo del Ayuntamiento y a la
dirección de Grupos Artísticos de la UV. El segundo fue en la premiere de Han
Solo en Cinetix. El tercero fue en Altotonga donde la Asociación Cultural de la
ciudad me entregó un reconocimiento por mi trayectoria. Estaba que se me salían
las lágrimas, hay que tener mucha humildad para poder recibir. El cuarto y
último fue hoy en el IMAC, la orquesta se puso las pilas y llegaron una hora
antes para seguir puliendo el programa, valió la pena pues el resultado musical
fue de alta calidad.
La labor de
un director es de sacarle el máximo provecho al grupo desde el respeto hacia sí
mismo. No importa que grupo sea, ni la edad, ni el nivel, siempre se puede
sacar el extra desde la conexión emocional con la música. Desde esta
perspectiva siento que el grupo ha crecido.
La ORFIX como
familia crece y se multiplica, ayer con algunos miembros del consejo estuvimos
haciendo el proyecto de Orfix Infantil, dirigido a niños de 6 hasta 12 años
para que empiecen a disfrutar la música desde temprana edad. Les daremos
informes pronto.
Agradezco a
todas las personas que me apoyan para que esto sea realidad, a mi linda esposa,
a mis padres, mis hermanos que siempre están allí, a los músicos, a las
autoridades y a mi terapeuta Rafael Tejada quien siempre me recuerda que el
foco de todo esto SIEMPRE es la relación con el otro.
Antes de
irnos de gira ofreceremos un concierto de despedida en Xalapa estrenando dos
obras del pianista Quintanarroense Mario Pech y con el programa que llevaremos.
Esta semana
me llegaron muchos mensajes de qué se necesita para entrar a la Orfix, les
contesté que estuvieran pendientes de la página, pero hay un requisito que me
viene a la mente ahora: HUMILDAD.
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