lunes, 22 de julio de 2019

Si los adolescentes viven con demasiadas normas aprenden a saltárselas

Coincido con el autor, los mejores recuerdos de mi adolescencia son en lo que burlaba la autoridad para saltarme normas. Al principio al recordar esa etapa de mi vida pensé que era un niño bueno bien portado y así era, lo que me di cuenta después es mi sutil manera de manipular. Cuando necesitaba salir de la secundaria porque se me había olvidado algún libro o tarea iba a la oficina del director y lo convencía de que me dejara regresar a mi casa pues necesitaba una cuerda de repuesto para mi ensayo con el grupo de violines. Era muy divertido hacer esto, sin embargo, ahora me doy cuenta que es la forma en que manipulo el mundo. Es peculiar porque parece que todo estuviera bien, en orden y pedido de buena forma sin embargo esconde una tremenda falta de respeto.
Me gusta la propuesta del autor en hacer partícipe al joven en la construcción de sus reglas. Una regla jamás será respetada si no se le involucra primero. Además dichas reglas deben de estar en constante negociación debido a que los jóvenes cambian demasiado rápido. De hecho cambian más rápido que los adultos y éstos necesitan actualizar sus reglas, creencias y control sobre los adolescentes. Debemos crear un ambiente seguro para que ellos concienticen sus propias reglas y sepan defenderse para cuando nosotros no estemos allí.

Si los adolescentes viven con respeto aprenden a respetar a los demás

“Predica con el ejemplo” “Haz a otros lo que te gustaría que te hicieran a ti” son introyectos sociales que resumen la idea de que los padres son modelos de comportamiento para los jóvenes las 24 horas de los 7 días de la semana. Particularmente yo observaba mucho cómo se desenvolvía mi padre. Es una persona muy amable y formal, visita a sus amigos constantemente y con todos sus clientes lleva un trato sincero. Con las mujeres se muestra coqueto y siempre se adapta a las necesidades de los demás. Sabe qué preguntar para obtener una buena conversación. Toda esta conducta la introyecté de mi padre. Afortunada o desafortunadamente también aprendí cosas no gratas. Todo es parte del proceso.


Bibliografía:

Law, D. Harris, R. (2005). Cómo convivir con hijos adolescentes. Urano. Barcelona. Pp 85-128

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