Los papás nos
dan regalos, algunos placenteros y otros no tantos, tuve el privilegio de
recibir un gran regalo que mis otros hermanos recibieron en mayor o menor
medida: libertad. Soy el cuarto de cinco hermanos, los tres primeros se llevan
un año entre ellos, hay cinco años de distancia entre la tercera hermana y yo y
el menor le llevo tres años. Soy una especie de emparedado isla. Mis hermanos
me cuidaron cual papá y mamá y yo tuve un connato de cuidador con mi hermano
menor.
Aunque pasé
mis primeros ocho años en mi natal Altotonga donde realmente crecí fue en
Xalapa una ciudad enorme a comparación de donde venía. A los nueve años ya
andaba solo en camión con mi hermano menor. Los que saben cómo es la actividad
musical sabrán que hay muchas salidas a tocar. Desde los ocho años ya tomaba un
bus para una presentación. La primera que tuve fue en el parque los Berros de
Xalapa con el ensamble de Flautas dulces del maestro Antolín Guzmán Salazar, un
mes después ya estaba tocando en la televisión local. Un años después grabar un
disco y otro año después dos salidas a tocar al entonces Distrito Federal con
toda la orquesta.
¿Te gustaba
salir de viaje de niño? Ahora imagínate que lo haces con tu pequeña “familia”
que son tus compañeros de instrumento. Era genial porque era una especie de
“viaje-trabajo”, no era sólo divertirse sino que había un concierto al cual
había que prepararse. Desde los nueve años estoy acostumbrado a hacer maleta
con mi ropa “normal” y de “concierto”, es todo un ritual. Durante esa época
pude viajar a las ciudades circunvecinas de Xalapa y al Distrito Federal. Mis
papás dejaban que hiciera todos esos viajes solos.
Durante la
escuela mi querida Maestraa Angelina Gómez Arcos + QEPD nos llevaba a muchas
excursiones: zonas arqueológicas, museos, parques de diversiones y los ya conocidos
“Sábados en la ciencia” del museo de Antropología de Xalapa. A todas esas
actividades iba solo, a cursos de acólitos, a cursos de verano en la feria del
libro y todo eso antes de cumplir los 13 años.
Después de
los 13 comencé a ir a la Facultad de
Música de la UV que queda en el centro de Xalapa y también iba en camión, a
veces caminando para ahorrarme lo que me daba mi mamá para gastármelo en otras
cosas. Con el ensamble de mi primer maestro de violín fuimos a muchos lados a
tocar: Poza Rica, Tuxpan, Orizaba, Veracruz. Estar de viaje es mi zona de
confort y mis papás tenían plena confianza en que me portaría bien. Recuerdo
que cuando era acólito me gustaba levantarme temprano (hoy en día a menos que
me desvele siempre me levanto a las 6:30 am) e ir a la misa a ayudarle al
sacristán. La parroquia era mi lugar seguro.
Mientras más
fui avanzando en la actividad musical más giras tenía y más confianza me daban
mis papás. Ahora que lo pienso confiaban mucho en mí, sabían que era noble y
bien portado y que mis cuestiones morales y éticas no me habrían permitido
cometer algo ilícito.
En la
adolescencia también viajé mucho, con todo lo que implica eso para un papá.
¿Dejarías que tu hijo de 21 años se fuera de gira por Sudamérica con una
orquesta repleta de jóvenes?, eso pasó la primera vez que salí al extranjero
gracias a la YOA.
Mis papás me
dieron libertad y confianza, eso creó en mi un gran sentido de responsabilidad
y de compromiso con las personas que estaban a mi cargo. Mis papás construyeron
mucho de lo que soy hoy en día y les tengo una agradecimiento inmenso por todo
lo que me siguen dando
Gracias mamá
y papá
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