domingo, 21 de julio de 2019

EL IMPACTO DEL MAESTRO DE INSTRUMENTO


De los veinte semestres que dura la licenciatura en violín estudié cinco con el que fue mi primer maestro de violín. Él me había puesto el examen de admisión y quiso tomarme como alumno. Invirtió mucho tiempo en mí, tenía tres clases por semana además de un pequeño ensamble de sus alumnos que con el tiempo se convirtió en orquesta. Además de las clases también había extras en su casa. Los primeros dos semestres me sentí muy cómodo. Sentía que iba avanzando a mi ritmo.
Conforme fui avanzando vino lo inevitable: la comparación con mis compañeros de instrumento que en mi generación éramos cinco. Dos estudiábamos con el mismo maestro y los demás con su respectivo. Los comentarios no esperaron “Eduardo tocas muy bien, mejor cámbiate con mi maestro”, “es técnica que tienes no te está ayudando, mira yo te enseño”, etc. Si bien no veía mala intención en mis compañeras fue hasta entonces que empecé a cuestionar lo que estaba aprendiendo. Veía que ellas avanzaban más (en ese momento ni siquiera podría definir el significado de más) y me empecé a sentir “rezagado” en la carrera.
Después de muchos comentarios de las compañeras, cosas con las que no me sentí cómodo en clase y querer mejorar pensé en cambiarme de maestro de instrumento. Afortunadamente, para los violinistas en la mayoría de escuelas de música hay más de dos maestros de violín, en ese entonces había siete. Había de dónde escoger. Hay algunas escuelas donde tienen un maestro o de plano el de cello enseña contrabajo y el de trombón tuba. Decidí esperar un semestre antes de comentárselo a mi maestro. Cuando lo decidí hablé con una maestra que hasta el momento tiene mucho prestigio pero ella se lo comentó a mí entonces maestro. No fui regañado pero sentí traicionada mi confianza. Al enterarse el maestro me dijo que veríamos estudios para avanzar más y ver técnica de arco que es en lo que estaba enfocado en ese entonces.
Con esos antecedentes las clases se volvieron más duras y yo menos tolerante por lo que a mitad de semestre decidí que me cambiaría de maestro. Los compañeros a los que les comenté me dijeron que esperara hasta que la calificación estuviera asignada en el acta para notificarle al maestro. Esta vez elegí al que sería mi segundo maestro de violón pero él no mencionó nada al que era mi maestro. Presenté el examen y a la hora de dar calificaciones le dije que si podía hablar con él en privado. Fuimos a un cubículo y literalmente temblando le dije que me iba a cambiar de maestro, él preguntó con quién y empezó a hablar mal de él. Si tenía dudas eso me confirmó que necesitaba un cambio.
En este entonces (te hablo de 1999) la escuela tenía una política de ir por un formato de cambio de maestro a la dirección en el que tenía que firmar el anterior maestro, el nuevo maestro y poner tu motivo de cambio. Entiendo que era por cuestiones de papeleo pero si piensas que en ese entonces tenía catorce años me parece algo muy fuerte para un adolescente de esa edad. Literalmente sentía que tenía un acta de divorcio en mis manos y sufrí mucho el cambio.
Es impactante el eso que tiene el maestro o la maestra de instrumento en los niños, adolescentes e incluso en los graduados de años. Ese personaje se hace mítico porque transportamos erróneamente el vínculo padre-madre-hijo al cubículo. Si el maestro es maduro puede manejar esta posición de poder a favor del alumno por el contrario puede ser iatrogénico.
No fue la última vez que me cambié de maestro pues tuve cuatro a lo largo de diez años y cada vez fue distinto pero difícil.
En su libro Música y Emociones Mauricio Weintraub menciona que la mayoría de edad de un músico por las características de la profesión se da hasta los 21 años o incluso más. Los músicos pasamos por cosas que otras profesiones no: empezar desde joven, horas a solas con el instrumento y horas a solas con el maestro/a de instrumento. Es vital que un mayor de edad, preferentemente papá y mamá estén al pendiente de lo que pasa en tu actividad musical.
Si es tu caso, infórmate bien, asesórate, pide ayuda y sobre todo siempre ten en cuenta que el maestro es un servidor público al que le pagas (o tus papás) por medio de los impuestos o ya sea de manera particular.

Con mucho cariño acompañándote en tu carrera musical

Edu

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