En su exigencia, por muy realizada que sea una persona, un/a artista famoso/a,
un/a director/a de orquesta reconocido/a, un/a solista internacional en lo
profundo de sí mismo/a se sentirá inferior, se comparará, nunca estará
satisfecho/a, tratará de obtener
más. Esta neurosis es producto de la sentencia
mortal que pesa sobre todo ser viviente: la muerte física es inevitable, tanto
como el envejecimiento y sus achaques. Esta neurosis nos conduce a criticar
negativamente a los otros.
Un verdadero
intérprete es invisible. Cuanto más hace música, menos aparece
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