Cuando el
músico novato se presentó a su primer recital su maestro lo llamó y le dijo
¿Por qué te detuviste? Él contestó: “cometí una nota falsa, me dio miedo porque
me equivoqué y paré” El maestro replicó. ¿Quién te informó que tenías que
parar? Acaso has visto que los músicos paran el recital por un
pasaje que no
les sale? El músico respondió: “La exigencia que veo en el medio me ha vendido
el ser un músico perfecto y lo compré”. El maestro dijo entonces: una buena
dosis de exigencia te ayuda a ser mejor, pero si tomas demasiada te puede hacer
daño a tal grado que te conviertas en un reproductor. Si eres reproductor eres
cosa y cosificas de alguna manera al que te está oyendo.
Nunca estés
tan ocupado estudiando que no te relaciones con las personas que irán a verte.
Si no ¿Para quién estudias?
Muéstrame el
contrato que dice que debes tocar/cantar perfecto
No se trata
de dar mil recitales, sino darle significado a tomar el instrumento
Hay 3
reacciones básicas al miedo que se generan en el cerebro reptiliano:
congelarse, escapar o atacar
¿Cuál ocupas en el escenario? ¿Y en clase?
¿Cuál ocupas en el escenario? ¿Y en clase?
Aceptar tu
miedo escénico no es ignorarlo,es aceptarlo sin resistencias. Eso elimina el
sufrimiento. El cielo siempre azul acepta el paso de las nubes
Vive el aquí
y el ahora, aunque eso implique sentir los nervios en el escenario
Adaptado para músicos de la primera lectura de hoy Génesis 39-15
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