
maestro fuera a solucionar su problema. Entonces el director de la escuela lo presentó. Les contó cómo había sufrido años de ser músico, tomado pastillas, deprimirse y cómo se dio cuenta que es algo que puede manejarse. El maestro se quedó con ellos y hablaba libremente de su miedo escénico predicando públicamente sus dificultades y cómo muchos a músicos les pasa. Hablaba y discutía también con los
músicos que tenían resistencia a hablar de lo que les pasaba, y que decían que todo eso era una tontería, producto de no saber estudiar. Al enterarse otros músicos muchos empezaron a hablar de lo que les pasaba, se formó un colectivo consciente. La escuela de música empezó a tomar cartas sobre el asunto, incentivaron la comunicación entre alumno y materias donde pudieran expresar lo que callan los músicos. El disfrute se multiplicaba y todos empezaron a hacer música en vez de carrera
Adaptado para músicos del Libro de los Hechos de los Apóstoles, “La conversión de Saulo”
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