Soy un motivador, vengo de una madre motivadora y un padre
pacificador. Nací en el seno de una familia de cinco hijos, el mayor
desafiador, el segundo pacificador, la tercera reformadora y el quinto
realista. El trabajo y el éxito son valores muy reconocidos en mi familia
Desde chico veía a mis papás hacer gala de sus recursos para
tratar las personas, mi mamá era directora de una Academia y mi papá de un Despacho.
Hacían reuniones, capacitaban gente, los motivaban a ser mejores pero sobre
todo siempre se centraban en la relación con el otro. Cuando las empresas de
mis padres estaban en apogeo yo tenía seis años. Asistía a las graduaciones, a
los convivios y me sorprendía lo que la gente refería de ellos en los intercambios
de regalos de navidad. Además de agradecidos por las enseñanzas se iban con una
buena impresión de sus personas. Todo esto lo absorbí como esponja.
En el kínder tenía mi grupo de amigos al que le llamaba el “club
de Edu”. Nos juntábamos a buscar una botella de plástico en el recreo para
jugar fútbol. De eso se trataba el club que duró hasta la primaria cuando mis
papás decidieron cambiarse de ciudad. Fue muy triste despedirme de mis amigos y
tratar de hacer nuevos en una ciudad tan diferente, me tomó casi un año
lograrlo. En cuarto de primaria ya tenía mis amigos y hacíamos de las nuestras,
como asistíamos a una escuela de grandes dimensiones nos poníamos a escarbar en
las pequeñas concentraciones de arena para hacer ríos y tirar agua al final.
Parece que no era nada pero estábamos muy organizados. En sexto de primaria a la
maestra se le ocurrió sentarnos por equipos para todo el año escolar, dos meses
antes de que terminara dos compañeros y yo le hicimos un escrito para que nos
dejara ser un equipo independiente de tres. Juan y Raúl me ayudaron en eso, hicimos
nuestra acta de independencia y la colgamos en nuestro “cuartel”.
Para la secundaria volví a tener que hacer nuevos amigos
pero encontré que tenía mucha más afinidad a abrirme con las mujeres que con
los hombres. En segundo año conocí a ocho compañeros de escuela que cursaban conmigo
la facultad de música. Teníamos 13 y 14 años. Se me ocurrió hacer un grupo de
violines y nos presentamos en el Teatro del Estado en la fiesta del XXV aniversario
de la Secundaria Julio Zárate. Cuando ésta cumpla cincuenta años nosotros veinticinco.
Después los amigos invitaron más amigos y para nuestra graduación éramos una
orquesta de treinta jóvenes.
La orquesta creció y con el tiempo la llamamos Orquesta
Filarmónica de Xalapa, tantos querían tocar con nosotros que se me ocurrió
armar las “fuerzas básicas” que bauticé como ORFIX JUVENIL que sería el
trampolín de los jóvenes músicos para tocar en un futuro con la ORFIX. La convocatoria
rebasó las
fronteras de Xalapa y muchos músicos de fuera venían a tocar con
nosotros. Fue que se me ocurrió junto con mi amiga Monse Yescas armar la
ORFINAMEX, orquesta encuentro en ciudad de México que recibiría no solo a los que
vivieran allí sino a todos los músicos dispuestos a hacer el viaje. Debutamos
con la novena de Beethoven con 200 músicos en escena. La siguiente fue la
ORFIVER formada por músicos jarochos.
Después de seguirme por varios meses por redes
sociales a Antonio Centeno se le ocurre invitarme a forma la ORFIP, orquesta de
encuentro en Puebla que debutó en Julio pasado con 90 instrumentistas.
Recientemente, Arely Odette, maestra de canto quien participó con su esposo en
ORFINAMEX
me propone hacer una orquesta que una a la Comarca Lagunera, ya que
es una zona conurbada que une a dos estados y a muchos músicos. Con el apoyo de
viejos colegas como Gabriel Robles y Gabriel Alanís ORFILAG debutará el 18 y 19
de diciembre con Carmina Burana.
En estos días metí un proyecto para llevar la música de
concierto a las facultad de la UV, este proyecto fue aprobado y nombramos a la
Orquesta Camerata Universitaria con quienes daremos más de veinte conciertos de
2 al 7 de diciembre en Facultades de la UV Xalapa.
Finalmente y porque siempre he querido dirigir en Oaxaca, me
comuniqué con mi amigo Faustino Díaz para convocar a la ORFIOAX con quienes
debutaremos el 8 y 9 de enero de 2020.
Convocar personas es mi mayor don, mi gran regalo, mi más
grande herencia en vida. No lo lograría sin el apoyo de mi esposa, de las
personas que están involucradas en las diferentes ciudades, las que conocen el
terreno pero sobre todo la confianza de los músicos que tienen hacia mi
persona.
¿Cómo le hago para todo esto? A veces yo mismo me lo
cuestiono, pareciera que toda la vida me he preparado para ello: soy mi propio
secretario, redacto cartas, hago llamadas, organizo mi agenda y sobre todo dejo
tiempo para relajarme. Gracias por seguirme y nos vemos pronto
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