jueves, 3 de octubre de 2019

TRATAR A LAS PERSONAS


Soy un motivador, vengo de una madre motivadora y un padre pacificador. Nací en el seno de una familia de cinco hijos, el mayor desafiador, el segundo pacificador, la tercera reformadora y el quinto realista. El trabajo y el éxito son valores muy reconocidos en mi familia
Desde chico veía a mis papás hacer gala de sus recursos para tratar las personas, mi mamá era directora de una Academia y mi papá de un Despacho. Hacían reuniones, capacitaban gente, los motivaban a ser mejores pero sobre todo siempre se centraban en la relación con el otro. Cuando las empresas de mis padres estaban en apogeo yo tenía seis años. Asistía a las graduaciones, a los convivios y me sorprendía lo que la gente refería de ellos en los intercambios de regalos de navidad. Además de agradecidos por las enseñanzas se iban con una buena impresión de sus personas. Todo esto lo absorbí como esponja.

En el kínder tenía mi grupo de amigos al que le llamaba el “club de Edu”. Nos juntábamos a buscar una botella de plástico en el recreo para jugar fútbol. De eso se trataba el club que duró hasta la primaria cuando mis papás decidieron cambiarse de ciudad. Fue muy triste despedirme de mis amigos y tratar de hacer nuevos en una ciudad tan diferente, me tomó casi un año lograrlo. En cuarto de primaria ya tenía mis amigos y hacíamos de las nuestras, como asistíamos a una escuela de grandes dimensiones nos poníamos a escarbar en las pequeñas concentraciones de arena para hacer ríos y tirar agua al final. Parece que no era nada pero estábamos muy organizados. En sexto de primaria a la maestra se le ocurrió sentarnos por equipos para todo el año escolar, dos meses antes de que terminara dos compañeros y yo le hicimos un escrito para que nos dejara ser un equipo independiente de tres. Juan y Raúl me ayudaron en eso, hicimos nuestra acta de independencia y la colgamos en nuestro “cuartel”.
Para la secundaria volví a tener que hacer nuevos amigos pero encontré que tenía mucha más afinidad a abrirme con las mujeres que con los hombres. En segundo año conocí a ocho compañeros de escuela que cursaban conmigo la facultad de música.  Teníamos 13 y 14 años. Se me ocurrió hacer un grupo de violines y nos presentamos en el Teatro del Estado en la fiesta del XXV aniversario de la Secundaria Julio Zárate. Cuando ésta cumpla cincuenta años nosotros veinticinco. Después los amigos invitaron más amigos y para nuestra graduación éramos una orquesta de treinta jóvenes.
La orquesta creció y con el tiempo la llamamos Orquesta Filarmónica de Xalapa, tantos querían tocar con nosotros que se me ocurrió armar las “fuerzas básicas” que bauticé como ORFIX JUVENIL  que sería el trampolín de los jóvenes músicos para tocar en un futuro con la ORFIX. La convocatoria rebasó las

fronteras de Xalapa y muchos músicos de fuera venían a tocar con nosotros. Fue que se me ocurrió junto con mi amiga Monse Yescas armar la ORFINAMEX, orquesta encuentro en ciudad de México que recibiría no solo a los que vivieran allí sino a todos los músicos dispuestos a hacer el viaje. Debutamos con la novena de Beethoven con 200 músicos en escena. La siguiente fue la ORFIVER formada por músicos jarochos.
Después de seguirme por varios meses por redes sociales a Antonio Centeno se le ocurre invitarme a forma la ORFIP, orquesta de encuentro en Puebla que debutó en Julio pasado con 90 instrumentistas. Recientemente, Arely Odette, maestra de canto quien participó con su esposo en ORFINAMEX 
me propone hacer una orquesta que una a la Comarca Lagunera, ya que es una zona conurbada que une a dos estados y a muchos músicos. Con el apoyo de viejos colegas como Gabriel Robles y Gabriel Alanís ORFILAG debutará el 18 y 19 de diciembre con Carmina Burana. 

En estos días metí un proyecto para llevar la música de concierto a las facultad de la UV, este proyecto fue aprobado y nombramos a la Orquesta Camerata Universitaria con quienes daremos más de veinte conciertos de 2 al 7 de diciembre en Facultades de la UV Xalapa.
Finalmente y porque siempre he querido dirigir en Oaxaca, me comuniqué con mi amigo Faustino Díaz para convocar a la ORFIOAX con quienes debutaremos el 8 y 9 de enero de 2020. 

Convocar personas es mi mayor don, mi gran regalo, mi más grande herencia en vida. No lo lograría sin el apoyo de mi esposa, de las personas que están involucradas en las diferentes ciudades, las que conocen el terreno pero sobre todo la confianza de los músicos que tienen hacia mi persona. 

¿Cómo le hago para todo esto? A veces yo mismo me lo cuestiono, pareciera que toda la vida me he preparado para ello: soy mi propio secretario, redacto cartas, hago llamadas, organizo mi agenda y sobre todo dejo tiempo para relajarme. Gracias por seguirme y nos vemos pronto

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